jueves, 15 de noviembre de 2007

Miguel Adrover

Las colecciones temáticas de Miguel Adrover, a menudo inspiradas en la gente y las culturas con las que convive en Nueva York y en sus viajes, son únicas por su interpretación auténtica de la forma de vestir cotidiana.

Nacido en un pequeño pueblo de Mallorca en 1965, Adrover se instalo en Nueva York en 1991 y empezó creando una linea de camisetas personalizadas con su amigo Douglas Hobbs. En 1995 abrían su primera boutique, Horn. Adrover es completamente autodidacta y ha forjado su carrera con la ayuda de amigos y colaboradores, sin tutores ni examenes.

En 1999, se presentó la primera colección de Miguel Adrover, Manaus-Chiapas-NYC, en la New York Fashion Week. Su debut, en el que las prendas usadas deconstruidas se combinaban con una costura virtuosa, causó estupefacción y aplausos por igual. Las prendas redicladas de Adrover nunca pasan desapercibidas: para la colección de primavera-verano 2001, presentó un chaquetón confeccionado con el cuti de un colchón que el actor Quentin Crisp había tirado; el chaquetón actualmente forma parte de la coleacción de moda del Metropolitan Museum of Art neoyorquino. En junio de 200, obtuvo el premio CFDA al mejor diseñador novel y el Pegasus Apparel Group empezó a financiar la firma, una colaboración que finalizó en otoño de 2001, cuando el clima posterior al 11 de septiembre puso trabas a la temática multicultural y a las revindicaciones políticas del diseñador. Tras su ruptura con Pegaus, Adrover recupero su fama y su estudio, y volvió a las pasarelas la temporada de primavera-verano de 2003 con una colección confeccionada con primor titulada Citizen of the World. Una vez más, rendía tributo a la combinación cosmopolita de nacionalidades que conviven en Nueva York; el punto culminante del desfile lo puso un vestido azul celeste confeccionado con una bandera de Naciones Unidas. En 2005, Adrover instaló su estudio en España.

La ropa de Adrover, inspirada en las fuentes más diversas, provocatica y de corte inmaculado, ha preparado el terreno a una nueva generación de diseñadores jóvenes y experimentales que han adoptado Nueva York como centro de operaciones.


Texto extraido del libro Fashion Now.

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